Y ese enemigo son las algas tóxicas que perjudican a los corales y a las especies cercanas. Estas algas amenazan a los corales de todo el mundo, en particular ahora, cuando están experimentando una sobrepoblación, alimentada por el aumento de la temperatura de los océanos y la sobrepesca. Pero estos peces intentan defenderlos de este peligro alimentándose de las algas que crecen en él.
El estudio, firmado por Danielle Dixson y Mark Hay, del Instituto Tecnológico Georgia de Atlanta, constató que a los pocos minutos de contacto con las algas, los corales expulsaban un olor que llamaba la atención de los gobios que acudían posteriormente en auxilio del arrecife y comenzaban a recortar las algas.
Esta relación no sólo favorece a los corales, sino que los propios peces, al ingerir estas algas se convierten en una presa más desagradable para los depredadores.
Por tanto, esta relación vuelve a mostrar la sofisticación y los mecanismos de las especies en la lucha por la supervivencia en la naturaleza y los beneficios de la colaboración de esta extraña 'pareja'
Esta relación entre ambos se parece, deducen los investigadores, de la que comparten, por ejemplo, las hormigas con las acacias, en las que eliminan a sus competidores más cercanos y protegen de esta manera a su anfitrión.
Adaptado de el periódico El Mundo por Alfonso Fdez.
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